PUERTO MORAL

La isla de la sed. La cabeza no está igual todos los días. Hoy es como si la hubiera puesto a secar en la azotea y el viento la meciera a su voluntad. Mientras, acude algún pensamiento o alguna reflexión, escucho una vieja y extraña grabación en directo de los Rollings, pero vedme hoy como un trapo mecido por el viento. Estoy hecho unos zorros. Ayer anduve por Puerto Moral. Contemplar la espadaña de su iglesia y su viejo reloj de sol, resuelven el día. Eso y el paseíto con Ignacio por las inmediaciones del pueblo. Cómo estaban de tristes las encinas, dios. También ellas necesitaban un restate... de la lluvia.

LA MISMA FECHA
 
Fue la misma fecha en la que Pablo te amenazó con que si delatabas a aquellos polis verías su corazón ante tu puerta. La misma fecha en la que aparecieron los tipos con la moto y amenazaron con incendiar tu casa si seguías en tus trece. La misma fecha en la que yo te dije, chica, lo mejor es que te olvides de todo y te vengas conmigo y tú me respondiste, aguantaré, aguantaré, aunque sea lo último que haga en mi vida, y yo te contesté casi en broma, no, si va a ser verdad que será a mí a quien le toque enterrarte. La misma fecha, ¿recuerdas?, y ya ves lo sutil y preciso que ha acabado siendo el destino.

El micro lo publicó hace un año aproximadamente Fernando Valls en su impagable La nave de los locos (joder, id hasta allí, no os la perdáis). No ha salido de casa desde entonces. Pertenece a una serie de variaciones sin titular de Caza mayor, el libro que publicará Javier Sáncches Menéndez en su Isla de Siltolá, ese milagro de la buena edición.

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