DINAMARCA

Vista de Castellina Maritima, Toscana

Poco a poco se van esclareciendo los días de septiembre. Todo en el pueblo se ha quedado vacío. Yo escribo pasada la medianoche el comentario de hoy (ya de ayer). Acabo de llegar de una noche hermosa con unos amigos italianos enviados por el buen hermano Eligio Ciampi, pintor de Castellina Marittima, ese otro pueblo mío de la Toscana. Hablamos de la crísis y se me quedó un escalofrío: qué hubiera sido del Norte de Europa con una crísis como esta. En España o en Grecia, en Italia o Portugal aún sigue estructurada la familia -cada vez menos, es cierto- y eso ha hecho, está haciendo que la crisis lo sea menos. Los denostados abuelos con sus pensiones son hoy el gallardete de cientso de miles de familias. El día que se vayan todo saltará por los aires. La solidaridad, ese sentido genealógico  de la pobreza, la identidad de clan que ha caracterizado a las sociedades del sur hoy nos está salvando. Qué hubiera sido de Dinamarca en una situación parecida, y de Bélgica, y de Finlandia. Claro que siempre se puede argumentar que algo así no ocurriría en Finlandia o Dinamarca. Pero ¿están seguros?