ÍTACA

uffff, a veces cuesta arrancar. Hay días en que cuesta un huevo arrancar y ponerse a tirar del carromato o del cangilón. Hoy siento como si todos los huesos se me hubieran despegado del cuerpo, como si yo anduviese por un camino y la vida me impusiera otro. No sé. Uffff. Es lo mejor, casi lo único que puedo decir... Cientos de aviones cruzan hoy el desierto, los polos. Cientos de vidas comienzan hoy. Suerte, pasajeros. Que la vida os sonría, que el nuevo lugar donde ancláis vuestra esperanza os sea propicio. Luchad, entregaos a la vida, remad, remad, pero procurad que no todo en esa nueva vida sea remar. Observad los bosques, contemplad los árboles, esos testigos mudos y hermosos de nuestra sinrazón. Un abrazo, compañeros de viaje, que merezca la pena subir al avión e iniciar el periplo. ¡Suerte amigo!

Hoy, cómo no, voy a incluir el conocido poema de Kavafis, que habla del viaje, de Ítaca, de todo eso. La versión es mía.


ÍTACA
constantino kavafis

Cuando hacia Ítaca emprendas tu viaje
procura que sea largo el camino,
cuajado de aventuras, experiencias.
Ni a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al colérico Poseidón temas,
pues tales seres tal vez no encontrarás en tu viaje,
si alto es tu pensamiento y alta es la emoción

que acaricia tu espíritu y tu cuerpo.
Ni a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al fiero Poseidón encontrarás,
si al partir no los llevas en el fondo de tu alma,
si tu alma no los alza ante ti.

Procura que sea largo el camino,
que no sean pocas las mañanas de verano  

en que llegues -¡con cuánto placer y cuánta alegría!-
a puertos que nunca antes fueron vistos.
Descansa en los muelles de Fenicia
y procura allí buena mercancía,
nácar y coral, ébano y ámbar
así como ciento y un sensuales afeites,
todos, todos cuantos puedas.
Visita las ciudades egipcias
y aprende largamente de sus sabios.

A Ítaca siempre llévala contigo,
pues alcanzarla será siempre tu meta.
Pero procura no apresurate en tu viaje.
Lo mejor es que dure muchos años, 

antes de alcanzar, viejo ya, tu isla,
rico por todo lo ganado en el camino
sin esperar a que fuera Ítaca quien te enriqueciera.

Ítaca te brindó un hermoso viaje,
pues sin ella jamás hubieras emprendido tu camino.
Ítaca no tiene nada ya que darte

y aunque a tu regreso pobre te parezca,
Ítaca jamás te defraudó.
Con tanta sabiduría has vuelto y tan experimentado,

que ya conoces el significado de las Ítacas.


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