CÁRCELES

Cuesta arrancar. No estoy donde estoy. No sé dónde estoy. Me paro a descansar. Todo me parece igual y a la vez distinto. Igual porque no hay objetivamente nada que haya cambiado, distinto porque el suelo que piso no me aguanta o yo no lo aguanto. Uno vive atado con invisibles cadenas a las ficciones sociales, que hablaba el banquero de Pessoa. Es una jaula, cuyos barrotes se van cerrando sobre ti casi sin darte cuenta, cortándote la respiración, pero aguantas, sigues con pequeñas coartadas, con pequeñas mentiras, con tubos y tubos de aspirinas y te dices que mañana será otro día y todo lo verás desde otra perspectiva, pero no. Una vez que ves los barrotes, que los sientes incrustados en tus vísceras, dios, una vez que sabes eso, ya te es imposible respirar como respirabas y eso es lo que me pasa, y eso es lo que pasa, y qué vamos a hacer, dios mío, qué vamos a hacer... Por qué a veces cuesta tanto respirar?




Cárceles, de Piranesi

CÁRCEL
 
La cárcel, esta cárcel que crece cada hora. La conozco bien. Me paso el día sobornando a los guardias o tratando de limar sus fierros, pero nada. Nada de nada. Sé muy bien que escapando no consigo nada, pues he acabado por ocupar el centro y los extremos de mi propia cárcel y ya no hay manera de entrar ni de salir de ella. A veces siento incrustados en mí los barrotes que antes... Bastaría con introducirme la mano para tocarlos. Bastaría golpearme con una piedra para oír cómo suenan. Cuando al llegar a casa con las manos oliendo aún a vísceras, los niños corren a mis brazos, los detengo con una sonrisa triste. Papá está cansado, les dice Gloria, pero no es eso, no es eso, los dos sabemos que no es exactamente eso. Lo que me ocurre es que no queremos que al acercarse puedan acabar atrapados en esta jaula... pero quién, quién se atreve a decirles la verdad, ellos que se figuran que detrás de este preso que vuelve cada tarde, se esconde el Increíble Hulk, capaz de retorcer una barra de hierro con sólo posar en ella sus dedos.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Conforme los niños vayan abriendo los ojos, el preso se irá liberando... si quiere recordar...

(Manolo, ¿y si vamos preparando un buen borrajo para este invierno?...¿qué te parece?, ;)
BESO