
Un avión avanza ahora por el cielo. Abajo miles de abetos, fiordos, casas de tejados puntiagudos. Valles apenas hollados por el hombre. Fyresdal se ovilla sobre sí mismo. Nace Fyresdal de las orillas del lago. Todo está lleno de semillass, de verdes briznas de hierba esperando el invierno.
Este poema podría caber también en un cuadro de Hopper

[QUERRÍA]
Quería escribir este poema, pero no sé cómo empezarlo.
Porque, cómo lo diría, todo cuanto ha de haber en él
debiera ser leve como tú
mientras mezclas harina y agua para hacer una pizza,
esa manera tuya de saber que estás, que eres desnuda desde dentro y desde fuera,
ese estar conforme contigo y con las cosas,
con la harina y con las gambas, por ejemplo,
con la miel que dejas derramar sobre la masa,
con ese mancharte de las cosas,
ese hacer que las cosas vivan y sean vivas en tus dedos,
y querría escribir este poema, tan desnudo como tú,
mezclando harina y agua, alcaparras, miel,
y no pedirle nada más al mundo
sino ser consciente de mí mismo en este mundo,
saber que el tiempo existe mientras escribo este poema,
que existes tú mientras mezclo todas estas cosas,
y tomar en mis manos miel y letras y alcaparras
y saber que la vida, toda vida, cabe en eso,
en una mujer desnuda escribiendo un poema,
en unos dedos que nunca se cansan de ser dedos,
en la harina de estas letras torpes
manchadas de dedos y de vida.
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