Hoy, desde mi ventana veo un precioso cielo azul. Atrás, los castaños, ya muestran sus colores ocres. Las sombras se proyectan tenues sobre las fachadas. Julio sigue en Tánger, No sé nada de él. Parece ser que tiene dificultades con el pasaporte. Él o el amigo. No sé. La incertidumbre siempre. Ël cree saberlo todo, pero no es más que un crío tal vez malcriado, que no se ha visto jamás en una parecida. Bueno, supongo que aprenderá. La vida suele sacar su universidad a la calle. El caso es que yo viajo ahora al corazón de Portugal y querría saber antes de irme si ya ha solucionado su cosa. Supongo que lo hará, pero me queda el entripado. Julio es un chico demasiado acelerado. Demasiado ingenuo, si se me permite. Parece como le hubiera alquilado un cuarto a la verdad y él viviera en esa casa de techos claros y diáfanos. Pero la vida no es nunca ni clara ni diáfana. Todo es tránsito, cosas que se dirigen a su nacimiento o a su extanción. Vuelan hoy aviones por todas partes. Hay gente con maletas en todo el universo mundo, desde Atenas a Amsterdam, desde Riga hasta Porto, desde Estambul a Atlanta. Salen barcos desde todos los puertos, incluidos Tanger Med y Algeciras. Gentes que vienen y que van, ideas que vienen y que van. Tránsito. Ir de un lugar a otro, de una idea a otra, de una rama a otra rama, de una tecla a la siguiente. Y el corazón en llamas y esta sensación de otoño en los güesos.
TRÁNSITO
Hoy, desde mi ventana veo un precioso cielo azul. Atrás, los castaños, ya muestran sus colores ocres. Las sombras se proyectan tenues sobre las fachadas. Julio sigue en Tánger, No sé nada de él. Parece ser que tiene dificultades con el pasaporte. Él o el amigo. No sé. La incertidumbre siempre. Ël cree saberlo todo, pero no es más que un crío tal vez malcriado, que no se ha visto jamás en una parecida. Bueno, supongo que aprenderá. La vida suele sacar su universidad a la calle. El caso es que yo viajo ahora al corazón de Portugal y querría saber antes de irme si ya ha solucionado su cosa. Supongo que lo hará, pero me queda el entripado. Julio es un chico demasiado acelerado. Demasiado ingenuo, si se me permite. Parece como le hubiera alquilado un cuarto a la verdad y él viviera en esa casa de techos claros y diáfanos. Pero la vida no es nunca ni clara ni diáfana. Todo es tránsito, cosas que se dirigen a su nacimiento o a su extanción. Vuelan hoy aviones por todas partes. Hay gente con maletas en todo el universo mundo, desde Atenas a Amsterdam, desde Riga hasta Porto, desde Estambul a Atlanta. Salen barcos desde todos los puertos, incluidos Tanger Med y Algeciras. Gentes que vienen y que van, ideas que vienen y que van. Tránsito. Ir de un lugar a otro, de una idea a otra, de una rama a otra rama, de una tecla a la siguiente. Y el corazón en llamas y esta sensación de otoño en los güesos.
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