ANÁBASIS

Hoy hemos llegado a los 10.000 lectores en este blog. Sé que el número es modesto y cualquier blog de medio pelo hubiera llegado treinta veces antes a esa cifra mágica. Tal vez. Yo os agradezco que hayáis desembarcado frente a esta ventana y que de cuando en cuando hayáis leído el plato del día. Gracias por acompañarme en esta expedición si no al corazón del Cáucaso, sí al interior, si tal cabe, de uno mismo. Hemos tenido días buenos y malos. ¿Qué hacerle? A veces nos hemos visto ante enemigos reales o imaginarios y otras nos hemos dado de bruces con tremendas tormentas y terremotos que socavaban el suelo donde pisábamos. Ç´est la vie. Sé que por este territorio han volado zarcos colibríes y osos de tamaño y pelaje distinto, sé que ha crecido por estos pagos la aunviva, esa rara planta, grata a la vida y al sol, sé que aquí ha dormido el otoño y aún el invierno de Lisboa, de todas las lisboas; han pasado chicos de instituto y no tan chicos y no tan institutos. Serpientes de cascabel y cuadros de Egon Schiele. De todo ha habido en esta expedición, en la que hemos entrevisto al capitán Acab y los barrios de Budapest, los atardeceres de Fuenteheridos y el último sol del Conquero, esa delicia que se filtra a los huesoss. Gracias nuevamente. Vivir no es necesario, sí navegar, que habría dicho cualquier argonauta entre los cuales os censo. Vale.





PERROS, MOSTROS, REMOLINOS
 
a María Alcantarilla a quien se lo escuché, que se lo escuchó a una niña de Santa Olalla. A esa niña.

—A mi yegua me la han matao unos perros, María. 
—¿Unos perros? ¿Por qué? 
—Pues porque sí, María. Lo mismito que ahora viene y te come un mostro o que te lleva esa mijita de remolino.



DON NADIE

 
Allí, tras las latas de cacao
y los botes de café, se alzan dos figuras
de porte estrafalario.
Los niños prefieren al del yelmo
y él, sonriente, los sube a su caballo de cartón
y ofrece chucherías. El otro, junto a él,reparte propaganda de una colección
de novela de aventuras (sortean dos viajes
al Mar de los Sargazos).
—Escucha, Jaime —susurra una señoraa su marido,
absorto en la etiqueta de un foagrás—,
¿no es ése el de la lanza,
el vecino que debía tres emses de alquiler,
al que quemaron sus libros en el patio?
—Bueno, y qué —responde su marido sin dejar de observar la lata de foagrás—,
mejor así, que no por esos bares,buscando guerra, leyendo libros, haciendo el zángano.


 

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Argonautas todos y cada uno(queriéndolo o sin remedio,por la ilusión o la fantasía,hasta que,de golpe,sabes que:"¡No hay Bellocino!")Y te quedas con el "VIAJE" de la Vida a través de la Literatura,por esa(que cada uno somos),tanto si lo queremos como si no.
Naveblog del Capitán Moya,Gran Argonauta,con brújula dentro de la Nave de los Locos,sin Cristina,(quien conoció a Cortázar),pero en realidad fue Carol la que realizó el Viaje junto al Gran Cronopio; el viaje de los Argonautas de la Autopista salada de los Océanos. La Tierra "firme" queda para otra enajenación.
Gracias,Capitán Moya(otro Cronopio).
C.S.G.

Anónimo dijo...

Cuánto encanto e inocencia,así como provocación de la franca risa(a pesar de la yegua matá)lleva adentro "PERROS,MOSTROS, REMOLINOS"¡Un tesorito!,ahora ya literario.
Una niña... VIVE en Santa Olalla,sí,una niña... mágica.

C.S.G.

MANUEL MOYA dijo...

Gracias CGS por tus dos comentarios. La compaña que sugieres no es mala, vive dios. Cortázar, Carrol... En fin, gracias pro tus comentarios. Y sí, el cuento es d ela niña y es de maría. Yo sólo soy quien lo recoge para que no se pierda. El tema de la autoría es completamente difuso, como ves.