CINE, MUCHO MÁS CINE,POR FAVOR

Bueno, canta el gallo, hace un precioso día de febrero y todo está en calma. Han empezado una obra cerca de aquí, con lo cual las máquinas no dejan de formar parte del paisaje auditivo. Ahora, sin embargo, hace un rato que descansan. Bueno. Un lunes más. Un lunes menos.
Realmente estoy que echo chispas con el tratamiento que ciertos mensajeros de la derecha más obsoleta y antidemocrática, hacen de la gala de los premios Goya, hace una semana de esto. Sus tesis serían alucinantes de no ser profundamente antidemocrática: según ellos los del cine tienen que estar callados porque reciben subvenciones del Estado. Es decir, que para estos mendas realmente mendaces recibir subvenciones es sinónimo de callar y de decir a todo que sí. Se llevan las manos a la cabeza porque una chica que ha hecho un anuncio con hipotecas y demás ahora denuncia los desahucios. ¿Y por qué no? ¿Es delito hacer anuncios? ¿Es que los periódicos de derechas no publicaban también anuncios del Estado cuando gobernaban los socialistas y al tiempo lo ponían como hoja de perejil? ¿De qué coño estamos hablando, pues? ¿Alguien les dijo que recibir una subvención significaba dejar de criticar al Gobierno que les pagaba y los subvencionaba? Yo al menos no recuerdo ningún revuelo en ese sentido. ¿Alguien se rasgó las vestiduras entonces? Entonces qué nos cuentan estos periodistas que ni siquiera saben valorar la libertad de expresión? Por ellos hasta los jubilatas debieran estar callados por estar subvencionados por El Estado. Y los funcionarios. Y los colegios de pago. Y las fundaciones políticas y.... Venga ya. La verdad es que la derecha, cierta derecha al menos, es repugnante y lo peor es que no se corta un pelo. Hace tiempo que han ganado la partida. El 80% de las televisiones son o de derecha o de extrema derecha y con los periódicos pasa otro tanto. Digo cierta derecha porque uno de los problemas de España es que la extrema derecha y la derecha moderada beben en los mismos doznajos y cotizan en las mismas urnas, pero es la extrema derecha la que domina los medios de comunicación y, por tanto, la que le marca el paso a la otra derecha, la más tranquila y menos ultramontana. Hasta que eso no cambie, la visión de la derecha por parte de la sociedad cada vez será peor. Y quien debía verse esto es precisamente la derecha moderada, que está perdiendo su sitio en manos de estos integristas del Opus y compañía. A ver si nos enteramos, no es por culpa del cine que España va mal ni irá mejor, que no porque nos apliquemos el si buana saldremos de ésta. Pero realmente no creo que sean tan gilis, lo que pasa es que creen que los demás, muchos de los demás, sí lo somos. Y en eso estamos, troncos.



 



3 comentarios:

Anónimo dijo...

Leído de una vez es retahíla en grito,verdad indecente,cuyo humor(si alguien lo encuentra)se vuelve humor negro;tan dura es la cara de esa realidad,de nuestra cotidiana realidad.
(Sé qué es la ilusoriedad, pero eso no elimina el sufrimiento del mundo,lo transforma la fraternidad,entre otras decencias humanas.)Saludos Manuel. C.S.G.

Anónimo dijo...

No dejes de escribir. Aunque no siempre hagamos comentarios, te echamos de menos. M.M.

Anónimo dijo...

¡Qué extrañeza!... faltan tus palabras, Manuel. ¿Estás bien? C.S.G.