EL DIOS OSCURO

Ayer vi un reportaje monstruoso por la 2. Estamos vigilados. Las grandes plataformas y redes digitales a las que nos adscribimos como el que va a una feria, nos tienen pillados por los webs. Como suena. La Cía, pongo por caso, no necesita contratar a ciento y la madre para controlar y amordazar a los ciudadanos, le basta con seguir el face o cualquiera de estas redes sociales donde todos solemos hacer topless y mostrar la pinga. Con lo que yo llevo escrito por estos lares poco me falta para ser considerado un terrorista de tomo y lomo. En cualquiera de éstas me retienen en un aeropuerto y me mandan a un sótano de Washington o Utah. Joder, he escritrto nada menos que "terrorista", justo una de las palabras que debería callar para que estos pavos no fisgoneen en mis cosas y me expidan pa Guantánamo. Como Guantánamo, por cierto, otra de esas parolas que uno tiene que evitar si no quiere resultar sospechoso de algo. Joder, es que no aprendo, también la palabra "sospechoso" resulta sospechosa y fatalmente peligrosa. Y peligrosa. Por una palabra como "peligrosa" me pueden mandar pa chirona y acabar pelando papas en una cárcel de Texas u Ohio, palabras por lo demás sujetas a espionaje. Mejor será, pues, que me ande con tiento y me calle, que evite cualquier referencia al amigo americano, al pentágono, a los astrogodos y a toda esa mierda. Por hacer una broma de nada y poner muy juntas un par de palabras sospechosas un turista irlandés fue retenido en un aeropuerto californiano y se lo llevaron pal cuartelillo, y otro chico de 13 años que se le ocurrió una bobada fue visitado y vigilado por los agentes de la Cía. Un guionista de tv que buscaba en el guguel cosas como "mujer golpeada", "crimen por adulterrio" y esas cosas, casi lo enchironan. A otro le destrozaron la casa antes de preguntarle cómo carajo se llamaba. Hay empresas que saben más de nosotros que nosotros mismos y venden lo que saben al mejor postor. Pero ahí no queda todo: cuidado con poner cosas sospechosas en las redes, porque no sólo la Cía, sino tu jefe puede estar al acecho. Una entrada de face puede ser motivo de despido. Como suena. Lo ponen hoy los periódicos. Mejor andarse con cuidado, porque el ojo del dios digital nos vigila y regula nuestras vidas. Ríete tú de aquellos cristos románicos que tenían acojonado al personal y de los secretas que pateaban las calles en busca de disidentes, pervertidos y gente de malvivir. Nuestro nuevo pantócrator digital no se anda con chiquitas. La cosa no ha hecho más que empezar. Un dios oscuro nos amenaza.

USTED

a Diego Vaya, a Lidia

Mi querido amigo, le alegrará saber que tenemos aquí ese libro de Cunqueiro que usted perdió en el camping de Hervás, así como los guantes de vicuña que extravió aquella noche de final de año, ¿se acuerda?, la primera que pasó con Lidia en Mojácar. Y el coche, el coche alquilado que le robaron del aparcamiento del restaurante de Sintra. Es nuestro el móvil que usted lanzó al mar cuando hacía el crucero de las islas griegas y decidió deshacerse de ella, de Lidia, quiero decir, quien, como supondrá, también obra en nuestro poder. También contamos con Bruce, que harto de sus indecisiones y sus mentiras, le dejó para comenzar de nuevo en Otawa (pero jamás llegó a Otawa) y del que, puede creerme, lo tenemos todo. Sólo faltaba usted, y no sabe cuánto nos alegra que por fin se haya decidido.