ESPINAS, ESQUINAS

Un amigo me informa de que la Wikipedia dice de mí que "vivo gracias a cuantiosas subvenciones" y que merced a ello "vivo una vida regalada". Cómo se puede ser tan infame como para colocar impunemente algo así en mi biografía, yo que sólo he recibido una sola subvención en mi vida (una beca a la creación del Ministerio de Cultura en 1995), que he renunciado a un puesto en la administración para dedicarme por la cara y por derecho a lo que hago, que he ganado premios con cientos de jurados distintos y a quienes no conozco de nada, que hoy me he tirado diez horas traduciendo y que mañana me tiraré otras diez horas, que a esta hora me duele la espalda... que me he partido la cara con las administraciones mientras otros callaban y que con frecuencia me he enfrentado con ellas a cara descubierta, que nunca he ahorrado en este blog y en mi muro de fb críticas feroces y frecuentes a las instituciones, a los partidos políticos con poder real (PP Y PSOE) y que en mi agenda no figura ni un solo teléfono institucional... Que no me llaman para leer ni para pertenecer a jurados, que soy más reclamado desde fuera que desde dentro de España, que las instituciones más cercanas me ignoran (y lo hacen porque alguna vez he arremetido contra ellas y nunca me he retractado). Por dios, cómo puede haber gente tan malévola, tan cretina y tan sucia. Cómo puede haber tanto envidioso y majadero, tanto loco suelto lleno de veneno. A quien haya puesto eso sólo le deseo que sea feliz, que goce de salud y que sea capaz de escribir mejores cosas y más justas.


 
LA ESQUINA

Y cuando eso suceda
te tendrás que enfrentar a lo de siempre,
porque raras veces la realidad repara en nuestros sueños.
Es normal que de tanto en tanto caigas,
es normal que de tanto en tanto entiendas
que el camino se cierra sobre ti
y no te reconozcas y no lo reconozcas.
Tal vez eso suceda porque estás vivo, porque sigues estando vivo,
porque has vendido muy cara tu piel,
porque huye todavía un ciervo por tu sangre,
porque no tienes la soberbia de creer
que has llegado a sitio alguno,
sino que por todas partes se abren nuevas grietas ante ti,
y tras esta esquina vendrán nuevas esquinas
y no piensas quedarte quieto ahora, al final de esta esquina,
con los brazos y la vida cruzados sobre el pecho,
esperando una señal, una sirena,
a que el enterrador cargue con su pala.
No eres así y yo me alegro de que te digas a ti mismo
que hay una luz al otro lado de la calle
y que, pase lo que pase, vas a cruzarla
y que vas a seguir, se oponga quien se oponga,
persiguiendo ese ciervo a través del barro y de la noche,
porque es todo cuanto puedes hacer,
porque eso es cuanto te debes a ti mismo,
porque es todo cuanto sigues esperando de quien eres.


1 comentarios:

Ignacio dijo...

¡Qué cosas más increibles! Acabo de visitar la página que mencionas y, al parecer, ya no figuran esas afirmaciones. Me alegro. Enhorabuena sobre todo por la elegancia con la que tratas al autor de tan mezquina estrategia. Dice mucho y bien de tu enorme estatura moral, tan rara en estos tiempos. Un muy cordial saludo.